martes, enero 30, 2007

La Pola (capítulo 2)

La curiosidad se había apoderado de mí, porque mi madre nunca se había expresado así de una nueva empleada del hogar y mucho menos me hubiera dicho que baje a conocerla.
Cuando me aproximé a la sala para ver lo que estaba sucediendo pude ver al fin la luz. Los relatos de algunos amigos míos de la escuela de cómo habían perdido la virginidad con sus empleadas se habían materializado ante mis ojos. Ella estaba parada cuando entré a la habitación. Era muy bella y joven. No pasaría de los veinte años de edad. Su piel morena, su cabello largo y negro que hacían juego con esos grandes ojos negros, esa boquita rodeada de unos labios grandes y carnosos me hicieron sentir que estaba en un cuento de hadas. Pero no solo yo estaba asombrado, también a mi padre lo pude ver nervioso, él solo se limitaba a mirarla con la boca entre abierta, porque a parte de ese hermoso rostro, el polo escotado y los jeans bien pegados hacían que sus curvas resaltaran. Mi abuela – la mamá de mi madre- era siempre de encargada de hacer las preguntas de rigor.

- “Niña, ¿Cómo te llamas? ¿Tienes hijos? ¿Eres virgen? ¿Sabes leer? ¿Te bañas a diario? ¿Te falta algún dedo? ¿De donde vienes?...”
- “Me llamo Paola, pero me dicen Pola”
- “¿Pocha? Así como tu tía Luchita que le decíamos Pocha de cariño, tu no te acuerdas de ella Rubén – Mi padre- tu eras muy pequeño cuando se calló de…”
- “¡Señora! Pola le dicen…”

Con los años mi abuela había perdido la audición del oído derecho y el izquierdo estaba en vías del silencio total, en unos cuantos años la vieja no escucharía ni sus ronquidos.

- “No tengo hijos, soy virgen, se leer y me baño a diario” Replicó la chica.
- “¡Ah! Ya decía yo, te gusta el canario, ¿no? Con esa pinta te deben faltar manos hijita…”
- “¡Madre! ¡Que va a pensar la niña! Dice que se baña a diario. Discúlpanos hijita esa sordera nos está volviendo locos a todos…” Dijo rápidamente mi padre
- “ No se preocupe señor…, Para acabar de responderle a la señora, tengo todos los dedos y vengo de la selva”
- “¡Se nota hijita! “ Dijo la vieja de mi abuela
- “No le entiendo señora…”
- “¿No dices que tienes a todos los negros de la Elba? Con ese poto debes tener a todos los negros de juanita, de carlita, de martita…, ay estas niñas de hoy en día…, en fin me retiro, no creo que sea una buena chica con todas esas tonterías que habla, tu sabes lo que haces Carlotita – Mi madre- mientras cocine bien y me ayude a ir al baño, no hay problema ” fue lo ultimo que dijo mi abuela mientras se retiraba con su clásico arrastre de pies y su espalda encorvada.
- “Discúlpanos hija, en el fondo es muy buena persona, solo hay que tenerle un poco de paciencia…, te voy a presentar a mi hijito, que está con unas fachas de recién levantado, ven Gabrielito, no seas tímido”

sábado, enero 13, 2007

La Pola (capítulo 1)

Hace poco me encontré con un amigo de la juventud, su nombre es Alonso, prácticamente nos criamos juntos. Nacimos en un barrio de clase media, en donde se forjaban las verdaderas amistades en medio de los partidos de fútbol en las calles o las mataperradas propias de la edad. Pero esa clase de barrios y de amistades se fueron extinguiendo cuando la gente que habitaba en esos lugares fue vendiendo sus casas a empresas constructoras que se dedicaron a tapar el sol a los vecinos con enormes edificios y a romperle los tímpanos a punta de martillazos, aplanadoras, soldadoras y demás herramientas de construcción. El martirio empezaba desde las ocho de la madrugada que es la hora en que los obreros dan inicio sus labores diarias. La gran mayoría de vecinos cargó con todas sus pertenencias y también con sus hijos que sin saberlo fueron llevados a barrios residenciales con grandes jardines, piscinas y muchas otras cosas que te hacen llevar la vida de la mejor manera. Pero el único problema de vivir en esos lugares es que ningún joven o niño pisa la puerta que da a la calle. Ellos son recluidos en cuatro paredes sin tener amistad con algún vecino o vecina. En mi caso la modernidad no ayudó a que me separara de mis amigos. Una mujer se encargó de hacer ese trabajo.

- “Señor ¿una limpiadita?”
- “¿Cual limpiadita? ¡Mugroso! ni pases el trapo que me ensucias la luna…”
- “Ya pues jefe. No sea tacaño, un poco de agua no le hace daño a nadie, menos a su carro…”
- “¡Mira quien lo dice!. Se nota que el agua podría causarte una reacción alérgica que te mataría en segundos. ¡Sal de acá apestoso!”
- “¿Señor sabe que tengo en la otra mano?”
- “¿Más mugre?”
- “¡Algo más grande imbecil! ¡Si no me das unos billetes te reviento la luna de un rocón!”

Al verle los ojos ese completo animal sosteniendo con su mano derecha una pequeña piedra del tamaño de una cebolla, sus pequeños ojos hundidos de perro chusco me remontaron al pasado y solo atiné a decir un nombre. ¿Alonso?
El mal aspectoso hombre dudó un segundo y empezó a examinarme detenidamente. La forma en que me miraba me ponía nervioso. Si no era él, esta situación se iba a poner difícil y mi parabrisas iba a llevar la peor parte. ¿¡Gabriel Martines!?
Un ensordecedor ruido de bocinas me exigía que avance porque hace un par de minutos había cambiado la luz del semáforo a verde y todos querían llegar a su centro de labores lo más pronto posible. Eso no me importó y me tomé mi tiempo para estacionar el automóvil a unos metros de ahí y poder conversar tranquilamente con aquel hombre que hacía más de quince años no veía.
Mientras Alonso ó Asonso como yo le decía, se acercaba al auto lentamente – Venía cojeando- me transporté a aquellas épocas en que la amistad y el juego era lo más importante. Esos años donde mis hormonas empezaban a revolotear por todo mi cuerpo. Donde un buen par de nalgas podían hacerme perder la cabeza.

Mi barrio no era de lo mejor, ni mi familia una de las más adineradas, pero podíamos darnos algunos lujos como contratar alguna persona para que se encargue de las labores del hogar, como cocinar, lavar, limpiar, etc.
Las personas contratadas no duraban mucho tiempo en mi casa. El mal carácter de mi madre y las manos de mi padre las ahuyentaban rápidamente. El mejor modo según mi padre de encontrar empleadas era poniendo un aviso en la ventan de mi casa solicitando “muchacha”.
Cierta mañana de Enero mi madre me tocó la puerta del cuarto, en el que por supuesto dormía bajo cuatro llaves para evitar que algún intruso invadiera mi privacidad y pudiera verme en plena sesión del conocimiento de mis partes más intimas.

- “¿Grabrielito? ¿Estas ahí? – Como odiaba cuando mi madre me llamaba así y me siguiera tratando como un niño de jardín- Baja hijito para que conozcas a la nueva muchacha que he contratado”

viernes, diciembre 22, 2006

¿FELIZ NAVIDAD?

-Papá, por que Papá Noel nunca ha venido a darme regalos
- Por que primero tiene que visitar a todos los niños ricos y se queda sin ningún regalo para darte.
- Papá y quien creo a papá Noel?
- Las jugueterías...
- ¡a papá Noel le voy a pedir un plato de comida!
- No te preocupes hijo, eso se lo pedimos al gobierno
- ¡¡Papá,papá!! Papá Noel es asiático?
- ¿Por que hijo?
- Porque en todos los regalos siempre dice " hecho en Taiwán"
- No hijo, ¿tu no has escuchado de la globalización?
- Umm, es la época del año donde regalan puros globos?
- No hijo parece que hasta el mismo Papá Noel utiliza mano de obra barata...
- ¡Viejo capitalista!

- Papá y por qué papá Noel está tan gordo?
- Porque en cada casa que va le dan algo de comer
-¡¡Cuando sea grande quiero ser como Papá Noel!!
- No te preocupes hijo, vas a entrar a las casas mejor que él. Pero en ves de dejar, vas a llevar.

- Papá, todos comen una latita de atún en navidad?
- Si hijo, come que se enfría...

viernes, setiembre 15, 2006

Una pequeña alma

La realidad y la ficción se mezclan en esta historia, el error involuntario cometido por esta pareja de esposos se repite día a día en esta sociedad tan convulsionada, que nos convierte en seres esclavos del tiempo, dinero y trabajo. Los más perjudicados siempre son los niños, pequeños que vienen al mundo sin haberlo pedido. Ellos son despertados después de un largo sueño, su energía vuelve a ser reactivada, al momento en que la naturaleza hace su trabajo, en ese momento en que un hombre y una mujer permiten que sus semillas se unan, justamente ahí es cuando un alma vagabunda ingresa en ese nuevo ser, en esa pequeña célula que pronto se multiplicará. El alma joven o vieja habitará en un lindo infante, ahí cumplirá su ciclo vital y de aprendizaje. Esta es una pequeña historia de un alma joven que dejó de aprender para dedicarse a enseñar...

El primer recuerdo de Cristina no tuvo que ver con el afecto de sus padres, en su cerebro no fue documentado el primer momento en que su padre la acostó o le dio un beso, tampoco tuvo que ver con las tiernas palabras de una madre amorosa. La primera imagen recordada por ella era la de su nana abriendo un regalo, era una muñeca hermosa. Un juguete que pocos niños tenían, un objeto que desde esa edad le proveería de estatus, un nivel social que a la corta edad de tres años ya la diferenciaba del resto.

Los padres de Cristina eran una de esas parejas que pensaban que el matrimonio era simplemente un negocio que daría buenos frutos económicos. Los dos eran hijos de las familias más poderosas del país. Los sentimientos estúpidos como el amor, no existían en su relación. El amor desgastaría su matrimonio, ese sentimiento era destructivo, pensaban. Su única hija creció junto a su nana. Al despertarse la veía a ella, al comer la veía, al llegar del jardín la esperaba, al hacer las tareas su fiel compañera estaba ahí, siempre ahí. Ella tenía que estar agradecida de no faltarle absolutamente nada, que afortunada era Cristina, que dichosa de tener una juguetería en su casa, que niña tan feliz de tener unos padres así que se preocupaban en todo.

Como padres tan preocupados e inteligentes decidieron darle un pequeño teléfono para estar siempre comunicados. El teléfono era especial para una pequeña de su edad, con tan solo presionar uno de los dos únicos botones del aparato, su padre o madre contestarían inmediatamente.
A los tres años de edad Cristina ya había ingresado a la era de las comunicaciones. Su lenguaje era limitado como todos los niños de su edad, pero por juegos del destino la frase “ Papá te extraño” y “ Mamá ven pronto” las pronunciaba perfectamente. Esas oraciones eran celebradas telefónicamente por sus padres, pero dentro de sus corazones no causaban ningún efecto. Total, de amor no vive el hombre.

Una semana después de cumplir su cuarto año de vida, los padres de Cristina decidieron pasar el primer fin de semana junto a ella. Los tres solos en la casa. La alegría de Cristina era incalculable, aún más incalculable que la fortuna de sus progenitores. Esa mañana apenas abrió el ojo, esa extraña mujer estaba ahí. Era su madre que se disponía a vestirla y ponerla presentable para el desayuno, mejor dicho, el primer desayuno en familia. Ellos no estaban solos, por ordenes de los patrones, los empleados se encontraban escondidos preparando los alimentos, así se mantendrían todo el día para que Cristina se sintiera solo en compañía de su padre y madre. El día transcurriría en la frialdad propia de una obligación empresarial, parecía que estaban cerrando un millonario negocio ó cenaban con algún poderoso magnate petrolero, pero una llamada antes de caer la noche cambiaría todo en la vida de esa poderosa familia.

Luego de que el padre de Cristina contestó la llamada, rápidamente la pareja de esposos se encerraron en la habitación para discutir acaloradamente -la madre de Cristina había cometido un error que les podría costar millones- olvidando a su hermosa y pequeña hija. En ese momento Cristina empezó a escuchar gritos dentro de la habitación que la asustaron y trató de escapar corriendo hacia el patio. Estaba sola, no estaba su nana y su pequeño teléfono lo había dejado en su cuarto, porque ese día no lo necesitaría. Cristina piso ese enorme jardín y comenzó a correr, mirando hacia atrás, ella solo quería escapar. Sin percatarse del peligro que estaba a unos paso de ella, se precipitó hacia la gran piscina que aún no estaba iluminada.

La pobre pequeñita se hundió y se hundió hasta tocar el fondo.

Dos horas más tarde cuando todo se había calmado entre los grandes empresarios, fueron a buscar a su hija y para su sorpresa ella había desaparecido. La buscaron por toda la casa sin éxito, llamaron a su teléfono, preguntaron a los sirvientes si la habían visto. Su desaparición era un misterio. Una hora más tarde uno de los sirvientes que estaba encargado de prender la piscina a una hora determinada, dio la mala noticia. Cristina estaba flotando en medio de la piscina sin respirar. Al sacarla su pequeño cuerpecito estaba sin vida.

Desde se día el alma de Cristina vaga en el limbo, en una dimensión no conocida por el hombre, un lugar donde ellos pueden tener contacto con el mundo de los vivos. Ellos habitan ahí. Su alma ya no necesita reencarnar en algún nuevo ser para aprender, ellos están ahí para enseñar. Ahora cuando una pareja de padres se ve enfrascada en peleas, ella se presenta. Cristina no se materializa como cualquier ente fantasmal. Ella utiliza el medio que le dieron sus padres para comunicarse. En las madrugadas puede sonar el teléfono, muchas veces no contesta nadie, pero otras si afinas bien el oído podrías percibir su dulce voz que repite incansablemente “ Mamá y Papá, por favor, no lo vuelvan a hacer”

viernes, setiembre 01, 2006

El Ludópata

Desde el primer día que el hombre pisó la tierra el instinto de supervivencia creó en el la necesidad de competir. Ganar significaba alimentarse, reproducirse, tener un lugar para soportar el inclemente clima, vencer a lo que se le pusiera enfrente significaba la vida.
Al correr de los siglos llegó el dinero, con él llegó lo malo. Se acrecentó la codicia, la avaricia, la envidia. Ahora el ser humano no tenía que competir contra las cosas creadas por la Dios, ahora tenía que competir contra algo creado por el mismo. Así la forma de conseguir monedas trajeron consigo los juegos. Una forma fácil de obtenerlo, una forma simple de hacerse ricos rápidamente, sin mucho esfuerzo, un poco de astucia bastaría.
Apuestas y más apuestas seducían a muchos. Las casas de juego empezaron a proliferar como una gran plaga maldita, los grandes apostadores se hicieron presentes, saciando su sed de competencia para sobrevivir, así como los antiguos, ahora el juego les daría techo, comida, sexo, todos los placeres carnales inimaginables. Pero ellos nunca ganarían.

Richie como le llamaban sus amigos, nació en un hogar donde el juego no era la actividad que les daría el dinero necesario para comer, vestirse o educarse. Su padre era una persona inteligente. Que llegó desde un lejano país a causa de la guerra para abrirse camino a punta de trabajo y superación. Richie era distinto, desde muy pequeño le llamaron la atención los juegos, el ganar con poco mucho. Tal vez su padre por ser una persona metódica y ahorrativa, no le cubría sus caprichos. Así instintivamente afloro ese enfermizo deseo de satisfacer sus necesidades.

Al cumplir la mayoría de edad, tenía permitido ingresar a cualquier establecimiento de juego. Él se inició en el fascinante mundo de las carreras de caballos.
Como todo juego tiene su ciencia Richie se dedicó al profundo estudio de esos mamíferos que hacían delirar a muchos por su fortaleza y rapidez. Con el poco dinero que le podía dar su padre empezó a ganar sus primeros centavos. Pero el necesitaba más dinero para que las ganancias fueran mayores.
Richie no era una persona sin futuro, él se dedicó a estudiar para terminar su carrera universitaria y así ser alguien en la vida, eso sí, sin dejar del lado su gran pasión que era el mundo de las apuestas.
Al ingresar a su primer trabajo, se dio con la sorpresa de que el no era el único que se interesaba por los caballos. La gente ahí apostaba colectivamente la famosa “Polla”, que ganar en ella era tan difícil como sacarse la lotería. El dinero de la “Polla” era mucho, a tal punto que podías llegar a ser millonario si acertabas con los resultados de todas las carreras que se disputaban una tarde.

Este joven nunca ganó ese gran juego, pero estuvo cerca. Lastima de estar a puertas del gran triunfo, porque ahí radica el juego. El “casi” es el motor del ludópata, el “casi” te puede llevar al abismo y sepultarte eternamente. Los bolsillos de Richie un día podrían estar rebalsando de dinero, pero al otro solo le servirían para llevar unas cuantas monedas para transportarse. El jugador nunca gana ni recupera, solo pierde.

La vida le sonrió. Se casó, tuvo hijos, muchas veces “ganaba” en las apuestas. Él era un empleado más, con mucha habilidad en los cálculos, su carrera de contabilidad lo habían hecho astuto con las cuentas. Hasta que un día su suerte cambió. Postulo a una empresa para el puesto de contador general, con un sueldo seis veces más al que percibía. Él fue el elegido.
Con este cambio de vida trataría de reemplazar su antiguo vicio por otro. Pasó a probar suerte con los juegos de “Bingo”. Este juego tenía una particularidad, que los premios mayores se repartían a altas horas de la noche. Sus horas de dormir se acortaron, su mujer también entro a ese mundo para hacerle compañía, porque un hombre solo por las calles en la madrugada y con dinero en el bolsillo es propenso al vicio de las mujeres de la vida alegre, así lo entendió ella.

El éxito laboral le había dado un gran status de vida. Una gran casa que construyó en una de las zonas más residenciales de la capital, tres automóviles ultimo modelo, educación cara para sus hijos, hacían que Richie se sintiera orgulloso de su estilo de vida, que con el juego al lado y con un buen empleo lo tenía todo.
Como su status había venido en crecimiento, también tenía que crecer su forma de apostar el dinero. Los famosos casinos empezaban a hacer su aparición en la gran ciudad deslumbrando a todos, en especial a las personas como Richie que necesitaban tener esa inyección de adrenalina que cada noche les suministraba el juego.
Las cantidades que se movían ahí cada noche eran exorbitantes y hacían que el dinero no valga nada para las personas que estaban inmersas en ese mundo.
Richie no era un simple jugador de tragamonedas, a él lo llamaba el juego de mesa, el de los casinos. La competencia contra otros apostadores lo seducía.

El dueño de la empresa donde el laboraba le dio toda su confianza, lamentablemente Richie tenía una habilidad natural con los números y hacía uso del dinero de la empresa para saciar su sed de juego. Todo iba perfecto, era tan buen cliente del casino que le otorgaron un crédito ilimitado, podía gastar lo que se viniera en gana, luego tendría que pagarlo, como todo en la vida.

Como en este mundo nada es para siempre, una mala racha llegó a sus apuestas, meses y meses sin ver una sola ganancia empezaron a afectarlo en todo sentido, problemas familiares, auditorias en la empresa donde él era contador general, deudas en el casino. Todo le cayó de golpe, era algo que se veía venir hace muchos años, desde sus inicios en el juego. Una auditoria arrojó los malos manejos que solo el sabía. El despido inmediato de la empresa lo dejaron en el aire.
El salón de juegos también tomo cartas en el asunto he hizo efectiva la cobranza del crédito apropiándose legalmente de su casa que con mucho esfuerzo la había construido. Una única opción le quedaba, usar sus ahorros de toda la vida para probar suerte. Suerte que se había esfumado.A espaldas de su mujer retiró todo el dinero y una noche fatídica lo jugó todo, hora tras hora los billetes iban desapareciendo, hora tras hora su cuerpo y mente se iban debilitando, pero sólo faltaron unos segundos para que el juego terminara con su vida. Así el gran jugador que era Richie se marchó de este mundo sin ninguna moneda en el bolsillo para regresar a casa.

martes, agosto 29, 2006

Marco y la Luna

Cuando Marco abrió los ojos por primera vez, vio un objeto redondo y brillante en el cielo. Él nació en un lugar muy alejado de la ciudad, donde no existían los autos, ni los televisores, ni los colegios, ni los juegos de video, solo existían las montañas, el cielo, los animales silvestres, donde solo existía esa gran pantalla celeste cuando era de día y cambiaba de color cuando la hora avanzaba. Ese objeto mágico y misterioso aparecía ahí.
Al poder hablar Marco le preguntó a su madre como se llamaba lo que estaba señalando. Ella le dijo que eso se llamaba Luna y que era un objeto muy grande que giraba alrededor de la tierra. Era un sitio al que pocos hombres habían llegado.
Desde ese día en que su madre se la presento. Aquél niño buscó un lugar en las noches para estar a solas con ella, era un lugar alejado de su casa donde había una gran piedra, muy dura por cierto, pero eso no le importaba a Marco, que cuando se sentaba solo levantaba su mirada y pensaba.
Pensaba en como ella había llegado ahí, trataba de imaginar por qué era más grande que sus pequeñas compañeras que estaban a su alrededor, pensaba por qué su forma iba cambiando al pasar de los días para luego desaparecer por un periodo corto de tiempo para luego volver.

Marco amaba a la Luna tanto como a su familia. En el día cuando ayudaba a su padre a hacer las labores agrícolas que habían sido enseñadas generación tras generación en su familia, la cual les permitía tener alimento solo para poder subsistir. Él pensaba en ella, lo que le trajo problemas muchas veces con su estricto padre que lo reprendía fuertemente por no concentrarse en el trabajo. Pero nada podía quitarle de la mente aquella hermosa imagen, nada se podía interponer entre él y la Luna.
Los años transcurrieron y aquel pequeño niño se había convertido en todo un hombre. Cierto día su padre le pidió que lo acompañara al pueblo para intercambiar algunos productos que les proveía su fértil terreno por otros de los que ellos carecían. Caminando por ahí pasaron por una pequeña tienda y algo llamó la atención del soñador joven. Había un televisor prendido, que estaba emitiendo unas imágenes algo familiares para él. Un enorme aparato ascendía por los cielos con dirección a la Luna. Marco no lo podía creer. Las personas podían viajar a la Luna, ¡ el hombre era capaz de hacerlo!, pensó emocionado y en aquel momento trazó su destino, el llegaría ahí cueste lo que cueste.

La madre de Marco le repetía constantemente de que ellos vivían ahí tranquilamente y que en la gran ciudad todo era distinto, la maldad, la envidia y la codicia reinaban ahí. Sin dinero y sin ningún tipo de instrucción sería casi imposible sobrevivir ahí.
Como todo joven testarudo, Marco metió en una bolsa sus únicas cuatro prendas de vestir y enrumbó al este por consejo de su padre, que le había proporcionado unos cuantos billetes para que aborde el vehículo que lo llevaría directo a la gran bestia de concreto.
Y así fue, aquel muchacho inocente se encontraba solo ahí. Cuando el bus paró, la luz del día le permitió ver todo. Ante sus ojos estaba aquel panorama surrealista, un panorama nunca antes visto por él. Grandes edificios, modernos automóviles, gente por todos lados, basura y humo que era despedido por los buses. Todo eso era de otro mundo para él, hasta la propia contaminación lo había fascinado. Al caminar por las calles veía gente nunca antes vista, negros, chinos, cholos, rojos, rubios. Después de tanto andar Marco llegó a un pequeño puesto de comida, muy concurrido por cierto, era algo así como una pequeña carretilla con asientos y muchas ollas que contenían algunos manjares nunca probados por las personas de las montañas. Al preguntar el precio de cada plato el vendedor le indicó que solo le costaría dos monedas. Era algo accesible para él que disponía de unas cincuenta monedas aproximadamente.

- “Tu no eres de acá chico” preguntó el vendedor mientras servía el plato de comida.
- “ No señor, yo vengo de las montañas” dijo Marco mientras aspiraba ese exquisito aroma
- “ ¿Y por qué has venido? “
- “ Quiero ir a la Luna señor ” dijo Marco señalando al cielo

El vendedor lanzó una gran carcajada y se dispuso a romper el sueño de aquel muchacho.

- “ Mira chico, para llegar a la Luna primero tienes que vivir en otro país que no sea este, este es un país subdesarrollado, aquí nadie se preocupa por llegar a la Luna, tenemos otro tipo de preocupaciones, como que vas a comer al otro día por ejemplo. ¿A ver dime como es que pensabas ir a la Luna?”
- “ No lo se señor, solo pensé que desde la ciudad partían esas naves”
- “Tonterías chico, ya te lo dije, en este lugar no existen las naves. ¿Ya sabes en donde vas a quedarte mientras vivas en la ciudad? ¿qué vas a comer luego que se te acabe el poco dinero que llevas?”
- “ No lo se señor...”
- “ Bueno muchacho, te propongo una cosa, que te parece si yo te doy un lugar en donde dormir , comida y veinte monedas si trabajas para mí en este puesto. Así no te morirás de hambre y no sentirás frío durmiendo en la calle”

La oferta no le pareció mala a Marco, que inmediatamente acepto.

Los meses pasaron y el muchacho empezó a aprender el negocio y a ver como era la vida en la ciudad. Él no la pasaba mal, porque todas las noches la veía a ella, siempre hermosa y brillante.
Marco sin saberlo era muy hábil con las ventas y con los números. El vendedor se había dado cuenta de eso y lo había nombrado el encargado del cobro de los platos. Nunca se equivocaba al calcular el monto que le correspondía pagar a los clientes por el consumo .
Los clientes casi siempre eran los mismos que desfilaban diariamente por ahí. A la gente le gustaba el sitio limpio y la comida era digerible, a comparación de otros puestos de la competencia.
Una de esas personas era un señor de raza negra, muy alto y con un gran apetito. Pero él era muy callado, solo se limitaba a comer y a pagar, sin decir ni una palabra.
Pero un día sucedió algo. El hombre por equivocación le pagó a Marco con una moneda de más.
El muchacho hizo un calculo mental y le dijo que había una equivocación, devolviéndole así el excedente. El moreno señor por primera vez mostró una amplia sonrisa y le dijo.

- “ Gracias muchacho, se ve que aún no estas contaminado por esta inmunda ciudad. Mañana vendré como siempre...”

Al otro día el hombre llegó a la misma hora y se sentó a comer. Pero algo había cambiado. Saludo al chico y se dispuso a conversar.

- “ ¿ Por qué estas acá?” dijo el hombre negro
- “ Vine acá para ir a la Luna “
- “ Así como tu, cuando era joven soñaba con ir al África en busca de mis raíces, pero lamentablemente por la falta de dinero no pude hacerlo “
- “ Pero señor, si usted desea algo intensamente no interesa el dinero”
- “ Tal vez tengas razón chico, pero en este mundo con dinero puedes hacer prácticamente lo que quieras”
- “ ¿Entonces con dinero podría lograr llegar a la Luna? “
- “ Con mucho dinero, con mucho”

Esa pequeña plática cambió el pensamiento de Marco, que pensaba llegar a la Luna simplemente con sus buenos deseos. El mundo se mueve solo con dinero, pensó.
El chico trabajó fuertemente y sin gastar un solo centavo que le pagaba su patrón. Todo era ahorrado en una caja de zapatos, todo lo que había logrado juntar durante un año estaba ahí.
No era mucho, pero seguramente tendría más que cualquier persona que vivía simplemente del status, de la moda, de los vicios. Al menos el tenía algo.

Los clientes eran pocos, pero fieles. Lo que si estaba por doquier era la competencia, habían carretillas por cualquier lado donde se pudiera ver. Claro que los vendedores antiguos no le permitían a cualquiera iniciar su pequeño negocio ambulante ahí. Durante el año que Marco había permanecido ahí solo le permitieron llevar una nueva carretilla a Rubén, un pequeño hombre proveniente de la selva, que preparaba su comida en base a plátano, algo poco común entre los demás vendedores . Cuando llegó se notaba que su carretilla estaba recién comprada, eso llamó la atención de Marco, que inmediatamente se acercó a hacerle una pregunta.

- “ Disculpe Señor, me llamo Marco, ¿le puedo hacer una pregunta?”
- “ Hola, yo me llamo Rubén, pregunta lo que quieras chico”
- “ ¿Cual es el precio de esa carretilla?”
- “ No está a la venta muchacho, pero en la tienda donde me la compré me costó doscientas monedas, pero también he tenido que invertir otras cien monedas en los implementos de cocina”
- “ ¿Invertir?”
- “ Sí, invertir es cuando agarras cierta cantidad de dinero para comprar algo que te va a ayudar a generar más monedas de lo que te costó. Por ejemplo si un panadero compra un horno que cuesta cien monedas y con la venta de pan en un año, ese simple horno le hace recuperar el dinero de su costo y a la vez le hace ganar quinientas monedas más.”
- “ ¿Y que pasa si compro algo que en vez de generar me haga perder? “
- “ Entonces habrás hecho una mala inversión, pero de los errores se aprende muchacho”


Al oscurecer la idea de invertir estaba dando vueltas en la cabeza de Marco, que trató de pedir ayuda a la Luna, él nunca la había molestado, pero si quería cumplir su gran sueño tendría que tener un buen consejo de alguien sabio.
Marco se dirigió a un pequeño parque y se tiro sobre el césped, miró fijamente a la Luna por varios minutos, hasta que la intensa luz que reflejaba obligó a cerrar los ojos. Una voz de mujer y muy delicada le empezó a hablar.

- “ Escúchame con atención Marco, será la primera y única vez que me escucharas en tu mente. Solo usando tu inteligencia llegaras a mi. Ya sabes la manera “

Tal vez Marco soñó con esas palabras. Ellas le dijeron algo muy real. Tenía que esforzarse mentalmente más que físicamente.
Su primer paso sería comprar su propia carretilla y empezar su pequeño negocio lejos de tanta competencia, la ubicación era importante, la gran competencia le dejaría muy pocas ganancias. El servicio también sería un punto esencial en el éxito para generar dinero. Buena comida, rapidez y limpieza serían sus fortalezas.
Así empezó su gran reto. Ahora era independiente y ganaba más dinero de lo que gastaba, al final del año compró dos carritos más y contrató también a un par de personas con bajo sueldo para que atiendan en esas carretillas. Al otro año las tres carretillas que tenía le generaron seis más. Al siguiente año esas seis generaron doce carretillas. Luego las dieciocho se transformaron en treinta y seis. En cuatro años Marco tenía una pequeña fortuna.
Cierto día cuando Marco humildemente estaba atendiendo en uno de sus pequeños negocios pasó su antiguo patrón. La gente se había corrido la voz del tremendo éxito de ese joven que había llegado de las montañas para ir a la luna y se había transformado en un gran empresario. El negocio de las carretillas ambulantes estaba en su auge. La demanda era mucha. Guiado por la ambición este señor venía a ver por qué había sido su gran éxito.

- “ ¡Hola Marco! Se ve que has progresado mucho desde la ultima vez que nos vimos...”
- “ Sí patrón y siempre le voy a estar agradecido por su apoyo. Por ese motivo le propongo algo”
- “ ¿Tu me vas a proponer algo? “
- “ Como usted ve este negocio es cien por ciento rentable. No hay riesgo de perdida. Todas mis carretillas están valorizadas en veinte mil monedas, pero por ser usted se lo podría dejar en quince mil “
- “ Es una buena oferta Marco, pero no tengo tal cantidad de dinero...”
- “ Tal vez con un préstamo podría adquirir todo esto, total simplemente es una inversión, en un año recuperará todo...”

La venta de las carretillas ambulantes se realizó satisfactoriamente. Marco sabía que el negocio de las carretillas iba viento en popa, así que con ese dinero se dedicó a producirlas.
Dos años las produjo. En dos años había vendido unas tres mil carretillas, toda la ciudad estaba inundada de ellas. El negocio se estaba saturando, ahora habían más carretillas que clientes. El único beneficiado había sido Marco y si seguía los consejos de la Luna no pararía hasta cumplir su objetivo.
Luego de traspasar el negoció de producción de carretillas a un precio inmejorable. El negocio de restaurantes sería su próximo paso.
Así como empezó multiplicando progresivamente sus carretillas ambulantes, también hizo lo mismo con los locales de venta de comida. Luego entro al negocio de los hoteles, minería, construcción, casinos. A los treinta años casi toda la ciudad le pertenecía. En unos años más casi todo el país era suyo. Luego sería accionista de muchas empresas del primer mundo.
Lamentablemente ese gran sueño había trastocado su cerebro. Se había convertido en un ricachón ermitaño que se dedicaba a mirar la Luna toda la noche, en solo pensar estar junto a ella.
Como dicen que el dinero lo puede comprar todo, Marco se la ingenió para sobornar a un grupo de científicos que trabajaban en una conocida institución de una súper potencia para así poder adquirir los planos y los secretos para construir una imponente nave espacial que lo llevaría a conocer la Luna.

Así empezó la construcción de su gran nave, el lugar escogido eran las montañas, en un sitio muy cercano a donde él se había criado. Desde ahí partiría directo al espacio.
Por ordenes de él al momento de salir, todo sería destruido, nadie más podría seguirlo. Solo era su sueño. Marco había sido carcomido por ese deseo egoísta de llegar ahí. Nadie más estaría junto a ella. Solo Marco y la Luna.

Al elevarse más y más, la impaciencia de Marco se acrecentaba, había vuelto a ser un niño. Ese niño que se sentaba en esa enorme roca a contemplar a su hermosa compañera, ese pequeño que había convertido a ese pequeño satélite en su fiel compañera, esa compañera que había impedido que Marco se desarrollara como una persona normal, para él nunca existieron las mujeres, los amigos ó los hijos.

Cuando Marco estuvo ahí parado un raro sentimiento se apoderó de él, la magia había desaparecido, ese gran sueño ya no era eso. La soledad lo había vuelto a la realidad. Así tuviera todo el dinero del mundo ahí no era nada, estaba parado en una enorme roca. Nada lo haría regresar a su punto de partida, ahora era un ser despreciable . Ya estaba condenado desde su primer día de vida. Ahora solo quedaba una cosa por hacer. Marco saltó al vacío y quedó atrapado en la orbita de la Luna, por toda la eternidad.

lunes, agosto 07, 2006

Negocios Universitarios ( Capítulo final )

Los dos agentes entraron a la habitación donde se encontraban Allison y Juanpa.

- “¿Gladis? “ dijo sorprendido Juanpa
- “ ¡Maldita prostituta! Me imaginaba que tu estarías tras todo esto…” dijo gritando Allison
- “ Ustedes dos siéntense junto a ellos contra la pared…” hablo calmadamente Gladis
- “ ¿Qué pasó ?, ¡te dije que estuvieras alerta! Le increpó García a su subordinado.
- “ Lo siento…, cuando abrí la puerta de la camioneta, la chica estaba ahí echada y me apuntaba con un arma…” dijo López muy asustado.
- “¡Cierren la boca! “ ordenó Gladis
- “ Así que tu padre es un capo de la mafia, ¿no?” dijo García
- “ Lástima que lo descubrieran tan tarde…”
- “ Pero…, ¿Por qué Gladis? “ dijo Juanpa
- “ Esto va a ser lo último que van a escuchar en sus miserables vidas…, Yo siempre supe que mi padre era un narcotraficante Colombiano, él nunca quiso verme involucrada en las drogas…, pero esa ambición de él la llevaba en mis venas. Cuando por motivos de fuerza mayor tuvo que venir a radicar con toda su familia acá, traté de empezar mi propio negocio con la mercancía que tomaba prestada de mi padre…”
- “ ¿Y los asesinatos?” dijo Allison
- “Muy simple perra…, Yo sabía donde guardaba la mercancía mi padre, así que solo la tomaba prestada por unas cuantas horas, solo era un pequeño préstamo…, se la vendía a esos malditos viciosos de la universidad y luego con la ayuda de un par de hombres que trabajaban para él, pero que eran leales a mí…, mejor dicho al dinero que iban a recibir por cada trabajo, eliminaban a los compradores. Mi padre nunca se iba a dar cuenta…, un negocio muy interesante…, hasta que ustedes metieron sus narices…”
- “ basura…” pensó Juanpa
- “Ahora que lo saben todo, voy a tener que matarlos, uno por uno ¿Quién quiere ser el primero?”
- “ ¡Espera niña! Aún puedes salvar tu vida…, entrégate y saldrás vida de esta…” dijo García que se encontraba tranquilo.
- “ ¡Ja! No me hagas reír viejo maldito…, no estas en posición de darme ordenes…, creo que por bocón tu vas a ser el primero… “
- “ Hablo en serio…, solo tira tu arma y los agentes de operaciones especiales te dejarán con vida…” dijo García

Todos voltearon estupefactos mirando al capitán.

- “ ¡Qué mierda estás hablando! Se nota que estas desesperado, mientes muy bien…, ¡ponte a rezar que la primera bala lleva tu nombre!” dijo Gladis apuntando a la frente de García

En ese momento un pequeño puntero laser de color rojo se posó sobre la sien de Gladis.

- “ Te lo dije…, dame el arma y no pasará nada” dijo victorioso García
- “ ¡NOS IREMOS JUNTOS AL INFIERNO! Grito desesperadamente Gladis, mientras se disponía a jalar del gatillo

García miró fijamente los ojos de Gladis y ella se desplomó. La bala del francotirador estratégicamente ubicado a las afueras de la casa, había dado en el blanco.
El capitán se acercó a la hermosa chica. Su cabeza estaba perforada. Pudo ver la expresión de su rostro congelada.

- “Una lastima…, tenía una vida por delante” dijo García mientras cerraba los ojos de ella con la mano
- “ Jefe…, ¿en que momento llamó a los SUAT? Dijo el asustado López
- “ ¿Crees que te iba a confiar mi vida? Antes de entrar a la casa pedí refuerzos…”

Al salir caminando los cuatro de la construcción, acompañados de los agentes de operaciones especiales, se dieron con la sorpresa que habían patrullas por doquier, agentes de operaciones tácticas, un par de ambulancias y unos cincuenta hombres todos fuertemente armados. Había sido una noche de locos.
Juanpa y Allison preguntaron al capitán García si Javi se encontraba aún con vida. Para su alivio solo estaba herido.

- “¡Javi! “ gritaron Allison y Juanpa mientras se acercaban corriendo a la ambulancia

Cuando llegaron Javi que ya estaba conciente y miró asustado a Allison.

- “ No te preocupes…, te presento a la agente Allison Guzmán…” dijo Juanpa sonriendo
- “¿Cómo? ¿Tu eres una agente? “
- “Sí muchacho, así que ten cuidado con lo que hagas o te meto preso…”
- “ ¡Nos engañaste a todos! Quién iba a pensar que tu eras agente…¿Qué pasó ahí dentro?”
- “ Ya te lo contaré con calma, felizmente estamos todos bien…” dijo Juanpa
- “No todos…” interrumpió Allison mientras sacaban un cuerpo cubierto con una manta de la casa
- “ ¿Quién es? “ dijo Javi
- “ Es Gladis Portal , ella fue la autora intelectual de los asesinatos…” dijo García
- “ ¡No puedo creerlo! “
- “ Hay un par de peces chicos que aún tenemos que capturar…, seguro ellos no estaban enterados bien de las cosas, pero una pequeña condena no les vendría mal…”
- “ ¿Mariano y Renato? “ preguntó Javi
- “Sí, necesito que me digas donde podemos encontrarlos…”
- “ No se preocupe, colaboraré en lo que pueda…”
- “ Así espero…, Bueno muchachos, no me van a decir que estudiar no es entretenido…” dijo García riendo
- “ Ja, dígamelo a mí, que cuando estudiaba en la escuela de policía los días se me hacían interminables…, además nunca conocí a chicos tan guapos – Allison volteó a mirar a Juanpa- creo que voy a seguir estudiando en la universidad” Allison tomó la mano de Juanpa
- “ Mientras no vayas armada irá bien” dijo Juanpa y todos rieron

Unos metros más allá

- “ ¿Alo Marita? Te habla el teniente López…, ¡claro! El viejo de García no sospecha nada…, mañana nos vemos y te pones esa ropa interior que tanto me gusta, un beso”

Negocios Universitarios ( Capítulo 10 )

La idea de García había dado resultado. La ubicación por medio de satélite del teléfono celular de Max los había llevado a la escena del crimen. La camioneta en la que habían escapado los asesinos del joven universitario y en la que habían obligado a subir a su novia Gladis se encontraba ahí. Extrañamente también se encontraba el viejo automóvil de Juan Pablo. Para pasar desapercibidos apagaron el motor de su vehículo, bajaron del auto empuñado sus armas y fueron agazapados con dirección a los dos automóviles. Al estar a unos pocos metros de ahí, se dieron con la sorpresa que no había nadie. Eso les permitió empezar a correr.

- “ ¿Adonde se fueron todos jefe?” dijo López mientras corría
- “ No lo sé, !imbecil!.-Repentinamente García dejó de correr- ¡Parece que hay alguien ahí!”

El cuerpo ensangrentado de Javi se encontraba tendido en el césped húmedo.

- “ ¡Jefe! aún respira... “

López levanto la cabeza del muchacho y con un pañuelo presiono sobre la herida de bala. Por suerte la bala había entrado y salido. Javi estaba aún conciente y trataba de decir algo con dificultad.

- “ Juanpa…, Allison… “ dijo Javi mientras señalaba la casa aún en construcción.

Cuando García miró hacia allá vio a otro cuerpo ahí tendido.

- “ ¡López! anda a la camioneta, yo voy a llamar una ambulancia -dijo García mientras volvía a tender la cabeza de Javi sobre el césped- Parece que algo esta sucediendo ahí adentro, ¡Mantente alerta!”

Un hombre corpulento estaba ahí parado junto al marco de la puerta. Su arma no dejaba de apuntar hacia Juanpa que se encontraba parado en medio de la habitación.

- “ ¡Tira el arma! ¡O tu amigo se muere! “

Allison no tuvo más remedio que hacer lo que se le ordenaba. Se agachó, puso el arma contra el piso y la deslizó hacia él. El piso poroso detuvo el arma antes de que llegara a los pies de ese atemorizante hombre. Se detuvo a mitad del cuarto, muy cerca de los pies de Juanpa.

- “ ¿Crees que soy estúpido? ¿Con quién crees que estas tratando? ¡Ahora él se va a morir ante tu ojos! dijo el curtido asesino
- “ ¡ALTO! “

Esa voz hizo reaccionar a Juanpa que solo tenía una oportunidad para salvarse. Pateó el arma con dirección a su novia y se hizo a un lado, rodando por el piso.
Dos disparos habían perforado el cuerpo de ese hombre. Allison de rodillas había cogido el arma instantáneamente y había jalado el gatillo. García que estaba fuera del cuarto también había disparado. Ahí estaban los dos respirando rápidamente con sus armas humeantes. No era cosa de todos los días dar fin a alguien. Juanpa los miro a los dos y sintió un gran alivio.
Esa chica que le había salvado la vida, la mujer en la que había dudado todo el día y que sus sospechas indicaban que lo iba a matar, esa valiente mujer lo había hecho volver a nacer.

- “ ¡Deja el arma en el suelo! – García estaba confundido- ¿Qué hace una chica universitaria portando armas? “
- “ Soy agente especial de la policía anti narcóticos, estoy trabajando hace meses infiltrada entre los estudiantes” Allison dejó el arma en el piso
- “ ¡No estoy para esos cuentos! Cuando salgamos de acá vas a tener muchos problemas”

Allison corrió a abrazar a Juanpa.

- “ ¿Te encuentras bien? “
- “ Por suerte sí. Pero voy a necesitar tratamiento profesional para olvidarme de esto…”
- “ Perdóname Juanpa por involucrarte…”
- “ No te preocupes Allison, esta noche sí salimos de la rutina, ¿no?” Una sonrisa se esbozo en el rostro de los dos.

El teléfono de García que se encontraba en modo vibrador se activó.

- “ Dime Marita…, ¿QUÉ? ¡MALDICIÓN! ¡COMO NO LO PENSÉ ANTES!, después hablamos Marita, López se encuentra en peligro”

García colgó el teléfono y buscó el número de López en la memoria de su aparato.

- “ ¡Contesta maldita sea! “

Allison y Juanpa se miraron confundidos. El capitán no se despegaba el teléfono del oído, esperando a que el teniente López contestara. Parecía algo urgente.

- “ Vamos, ¡contesta! “
- “ ¿Qué pasa? “ le dijo Allison a García
- “ ¡CONTESTA! “
- “ ¡Escuche! Parece que un aparato está sonando dentro de la casa… “ dijo Juanpa

García salió de la habitación y efectivamente el sonido venía de abajo, pero cada vez se hacía más claro. Su mirada fue en dirección a la escalera. Ahora se escuchaban unos pasos. Estaban subiendo las escaleras. La cabeza de López se asomaba por ahí.

- “ ¡Mierda! ¿Por qué no contestas..? dijo García, que abrió los ojos cuando vio que alguien venía atrás de López.
- “ Lo siento Jefe…”
- “ ¡Calla tarado! -era una voz femenina- ¡Tira el arma y entren los dos a la habitación! “